Las férulas para dedos, también conocidas como férulas digitales, no son tan comunes en su uso como las de rodilla o tobillo, pero son muy importantes en la medicina ya que su aplicación es la única que permite la recuperación de los dedos luego de una fractura sin la necesidad de intervenir quirúrgicamente. Las férulas digitales suelen ser de aluminio o de madera, según la clase de tratamiento que se requiere. Normalmente las de aluminio se utilizan en casos de golpes o esguinces, ya que la maleabilidad del aluminio permite que la férula sea curva, ya que no se requiere en estos casos que el dedo se encuentre totalmente estirado, lo cual puede ser incómodo para el paciente. Por otro lado, si se trata de una fractura, es necesario que el dedo no se flexione en lo más mínimo, ya que esto puede causar que el hueso sane en un ángulo equivocado.

En estos casos suelen utilizarse férulas de madera, si se trata de un vendaje, o férulas de plástico y aluminio, ya que el plástico le otorga rigidez al aluminio, sin ser tan duro como la madera al entrar en contacto con la mano. Según su definición, una férula digital es una ortesis que ejerce presiones mediante apoyos y controla la extensión de los dedos. Su función principal es inmovilizar una articulación o zona específica del dedo, tanto para permitir que se recupere de su lesión como para frenar el desarrollo de deformidades en la misma. Una férula para dedos muy común es la ortesis pasiva para dedo pulgar, la cual que se usa en tratamientos para la artrosis trapecio metacarpiana, aunque también sirve para tratar fracturas, lesiones del tendón o artritis; esta férula está formada por una estructura de plástico, la cual rodea la muñeca del paciente y se extiende a lo largo del pulgar, manteniéndolo fijo en su lugar.